En la mitología mesopotámica,
Sin es el dios masculino de la luna, hijo de Enlik, dios del viento y el cielo
y Ninlil, diosa del aire. En su tiempo, Sin fue considerado el padre de los
dioses, durante el periodo de c. 2600-2400 a. C., en el que Ur ejercía la
supremacía sobre el valle de Éufrates. Sin era el dios supremo del panteón. La
sabiduría personificada por el dios lunar es también una expresión de la
existente ciencia de la astronomía o la práctica de la astrología, en la que la
observación de las fases de la luna era un factor importante.
Se le representa como
un anciano con cuernos y babar de lapislázuli montado en un toro alado. Su
símbolo principal era el creciente lunar, pero también el toro, el cual
provenía de su padre “Toro del Cielo”, y el trípode. Se le describe como el
padre de la Inanna sumeria, diosa de la vida que posteriormente heredaría el
cetro lunar. Con su esposa Ningal “la gran reina”, tuvo a Utu, dios del sol.
Algunas fuentes también le consideran el padre de Ereshkigal, dios de la tierra
sin retorno, del inframundo y la muerte.
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